No será para tanto, diréis, pero a nosotras nos hizo mucha ilusión hacer nuestra primera candy bar al lado del mar para un niño en su Primera Comunion.
Y nos quedó completa de chuches para todos los gustos a un precio más que asequible, a juzgar por los comentarios.
El resto del local lo completamos con globos en azul que sirvieron al final para lanzarlos al aire desde la playa.